Psicología adultos: Año nuevo, propósitos nuevos.

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Psicología adultos: Año nuevo, propósitos nuevos.

Diciembre es un mes especial, es el mes de la navidad, de los reencuentros, cenas, viajes, fiestas, familia, amigos, reflexiones y balances de cómo ha ido el año.

Es común, que en este mes se valore y se piense sobre qué objetivos y propósitos se propusieron para el año y analizar cuales se han conseguido, como de aquellos objetivos que quedan pendientes por conseguir.

Muchas de estas propuestas se ven relacionadas con crear cambios respecto a hábitos del día a día como la alimentación, actividad física, hábitos de estudio, trabajo, planificación y organización del tiempo, ocio…, como de iniciar nuevos hábitos o nuevas metas que antes no estaban en la rutina vital y que resultarían beneficiosas para la salud tanto a nivel físico como psicológico.

Cada año es tradición plantearse nuevos objetivos para comenzar de la mejor forma el año nuevo. Esto facilita e incentiva la motivación y promueve el impulso hacia las nuevas acciones. Es importante que se tenga en cuenta de cara al año nuevo que los objetivos sean realistas y que sean posibles de cumplir, es común crear una lista infinita de propuestas que pueden resultar complejas de realizar y que se han ido añadiendo una y otra vez, año tras año, y que no se han podido tachar de la lista anual. Por ello es importante que se tengan en cuenta algunos aspectos para evitar que suceda lo anteriormente dicho.

Estas son algunas pautas a tener en cuenta a la hora de realizar la lista de objetivos sin caer en errores anteriores y poder conseguir las propuestas en el año nuevo:

  • Objetivos realistas: es conveniente que en un primer momento se haga una lista con todo aquello que se quiera conseguir. Posteriormente se irá valorando una a una y se reflexionará cuánto de realista es y qué probabilidad se tiene de conseguir. Aquellos objetivos que sean confusos, se eliminarán de la lista o se modificarán creando propuestas más modestas, ya que si se añaden objetivos ambiciosos o poco realistas, pueden llegar a causar frustración y malestar emocional.
  • Reflexionar sobre los propósitos de años anteriores y valorar cómo se han ido cumpliendo o cómo se ha actuado ante aquello que no se ha podido conseguir.
  • Evitar proponerse excesivos objetivos para el año.
  • Crear objetivos específicos y detallados: es decir, si una de los objetivos es proponerse crear cambios de hábitos para tener una vida más saludable como por ejemplo hacer deporte, es fundamental que se defina cuánto tiempo se va a dedicar a la semana y qué días son los idóneos para practicarlo, además de pensar qué otros aspectos entrarían en este objetivo para tener una vida más sana. Esto facilitará poder cumplir el propósito y que no resulte tan confuso el objetivo, promoviendo su cumplimiento y generando el hábito.

Rocio Delgado

Psicóloga